miércoles, 22 de octubre de 2008

Durmiendo en el cuarto de baño

Cuando sabes que si te saltas una siesta tu nivel de atención van a caer en picado durante los próximos minutos puedo asegurar que cualquier sitio, por extraño que parezca, se convierte en un buen sitio para dormir un rato.

Desde el viernes había planeado que el miércoles dormiría fuera de casa. Aunque ya tuve ayer una toma de contacto con lo que eso supone, no puede conseguir descansar en muy buenas condiciones. Sin embargo, hoy he encontrado un lugar que cumplía casi todas las condiciones que necesitaba para echarme una siesta. Los aseos, especialmente los masculinos, periféricos en la última planta de un gran edificio abierto al público carecen normalmente de uso por lo que son un lugar idóneo para descansar. Están limpios, no huelen mal y nadie va a molestarte mientras estés allí.
Teniendo esto en claro me llevé esta mañana una de esas almohadillas que se utilizan para dormir mientras vas en el coche o en un avión sin hacerse daño en el cuello y me senté en el WC utilizando como respaldar la tapa.

Conseguí soñar durante los primeros 10 minutos con un tema médico y coincidencias (normal, teniendo en cuenta que ayer vi en el cine la película "Camino") luego se me descolgó la cabeza a la derecha por lo que tuve que despertarme para volver a colocarla en vertical (la próxima vez me llevo otra almohada para apoyarme en la pared) y volví a soñar hasta que sonó el despertador, aunque no recuerdo con qué. Fue un sueño muy reparador. :)

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