jueves, 30 de octubre de 2008

En 15 Minutos más de 3 sueños

En las últimas 3 siestas he soñado y alcanzado un nivel de descanso progresivamente mayor. Esta última vez he tenido 3 sueños en los que me parece recordar incluso interrupciones entre uno y otro. He experimentado pequeños momentos de lucidez (conciencia de estar soñando) durante los mismos pero sin poder llegar a hacer gran cosa.
El último sueño ha sido especialemnte vívido y emotivo, tomando conciencia de estar dormido cuando intentaba hablar en el sueño y producirse movimiento de mis labios en el mundo real. Me he despertado 5 minutos antes de que sonara el despertador con la sensación de haberme vuelto a quedar dormido durante 5 horas.
Este último ciclo ha sido suficiente para compensar las dificultades que he pasado durante la noche, con mucho.

Plan estratégico

Estos dos días sin postear se han debido ha que he participado en un programa de mejora de mi Facultad y para ello nos hemos tenido que desplazar a un entorno totalmente diferente en el que he permanecido día y noche (esto último sólo es cierto en parte) y dónde no conseguí conexión a internet en ningún momento. Ya lo sospechaba cuando me dirigía allí. Pero en cualquier caso, ¿qué perdía? o podía seguir con el diseño de mi página web por la noche o bien me privaba de algo a lo que últimamente me estaba haciendo algo dependiente para permanecer despierto.

El reto del plan estratégico era múltiple y ahora que lo pienso desproporcionando y carente de estructura experimental por la gran cantidad de variables que fueron modificadas en un solo día que implicaban áreas muy diferentes.

Introducción de carne en mi alimentación, mayor nivel de actividad en las horas previas a acostarme (bailar en un bar durante unas 4 horas) por primera vez desde que inicié el periodo de adaptación y compartir habitación con otra persona (a la que no deseaba mantener en vigilia con una luz testigo ni despertar con la alarma que programo a las 03:30), siendo esta última variable a la que le asigno mayor valor explicativo.

Para contrarrestar el mayor riesgo de quedarme dormido sólo comenté a los participantes en el plan estratégico que seguía el método Uberman de sueño polifásico consiguiendo así sentir una mayor presión social (evitar que sea un asunto entre mi almohada y yo que puedo cancelar en el segundo de la noche que yo quiera). En suma, el ambiente se había vuelto más desfavorable para la adhesión al tratamiento.

Resultados: La siesta de 25 minutos a las 03:00 se transformó en una de 5 horas 15 minutos ya que apagué mi despertador inmediatamente mi despertador bajo las sábanas para evitar despertar a mi compañero (objetivo conseguido, aunque su cansancio y deterioro de salud hubieran hecho todo el trabajo de todas formas). Lo siguiente que recuerdo era el despertador de mi compañero y mi expresión de desagrado al ver la hora y notar que tenía la cabeza adormilada... Desayuné y comuniqué a los que me preguntaron por el experimento que había vuelto a fallar y que pensaba volver a empezar (reconozco que me lo cuestioné durante un par de minutos recien levantado).

Las siguientes siestas fueron como siguen:
1. En el baño de la habitación (Se habían llevado las sábanas). Sólo alcancé ensoñamiento.

2. Encima de la cama, 20 minutos (hicieron la cama de nuevo). No recuerdo ningún sueño pero me despierto descansado.

3. En el asiento trasero del autobús (mucho más incómodo que echar hacia atrás cualquiera de las otras plazas). Sólo ensoñamiento. (Las conversaciones eran muy interesantes...)

4. En casa hasta ahora a intervalos 4,2,2,2 horas aproximadamente: Las tres primeras no alcanzaron la fase REM ni produjeron descanso, de hecho, cada vez me sentía peor (sequedad ocular, sensación injustificada de frío, somnolencia, embotamiento cognitivo). Como he odiado la música electrónica que tengo programada en el ordenador para levantarme... Pero con esta aproximación de darle oportunidades a mi cuerpo para que cazara algún sueño, al final, cuando los efectos de la privación de sueño eran más intensos, lo conseguí.
Me he despertado recordado el sueño (temática malestar corporal, aunque me alegré igualmente) y habiendo logrado descansar (reducción de la gravedad subjetiva de los síntomas a menos de la mitad). Debo reconocer que las flexiones y abdominales que hago cada vez que me levanto no fueron suficientes en esta última siesta para sentirme despejado. La exposición a la luz solar produjo en segundos (¿sugestión?) un aumento de mi nivel de alerta. Esto acompañado de más música electrónica (muy bailable) me permitió alcanzar un nivel de alerta aceptable.

Observaciones: Parece que con el aumento de la práctica se acorta la fase de adaptación.

He contactado personalmente (gracias Nerea) con un profesor de la Facultad interesado en el estudio del sueño con EEG.

Tuve la oportunidad de hablar con un psicólogo con experiencia en el área de prevención de riesgos laborales (aunque me dijo algo mucho más concreto) que me aconsejo hacer una evaluación con PMA y tareas mecánicas múltiples para saber si existe un deterioro debido al cambio de ciclos de sueño.

Me aportó, además, muchas sugerencias en cuanto a hábitos alimenticios y de vida diaria para evitar los efectos perjudiciales sobre la salud que experimentan los trabajadores en turno de noche.

Durante esta experiencia de 2 días he aprendido muchísimo sobre mi sueño polifásico y a pesar de haber vuelto a caer, me siento más faliz que nunca de haber vuelto a levantarme.