lunes, 15 de diciembre de 2008

Meditar no es dormir

Aunque para meditar no es necesario cerrar los ojos, en la mayoría de los casos es más fácil hacerlo así.

La razón más sencilla es que te distraes menos. Te aseguro que si tienes que permanecer 30 minutos sin hacer ni pensar nada, al final, todo te parece interesante. Así que para no complicarte más es mejor que cierres lo ojos y te concentres en lo que hayas elegido. En mi caso la respiración.

Al cerrar los ojos y estar en una postura cómoda casi seguro que te relajas. Esto puede ser bueno si has tenido un día cargado de estrés pero puede fulminarte si estás muy cansado... vaya, que te duermes.

Ya te imaginarás por el experimento de sueño polifásico que yo no tengo ningún problema para quedarme dormido. ¿Qué esperabas que ocurriera con la meditación? Sí, lo confieso, me quedo dormido. Para evitarlo he puesto en marcha algunas ideas básicas que ya se me ocurrieron en Alemania la primera vez que estuve practicando.

1.-Acuéstate temprano
Si te quedas en planta hasta las tantas acabas cansado y no hay forma de que te concentres. Mejor que intentes acostarte temprano y así tienes más probabilidades de descansar bien y concentrarte.

2.-Medita en el momento del día que estés más despierto.
Nada de meditar a la hora de la siesta, antes de acostarte o cuando te acabas de levantar de la cama (si eres de quedarte siempre "cinco minutitos más"). Elige un momento en que te notes con vitalidad.

3.-Acomódate...¡pero no demasiado!
Lo único que tienes que hacer es concentrarte (y que no te duela el cuerpo por la postura) no tienes que lograr ningún objetivo. Ni relajarte, ni colocar las piernas en esas posturas que salen en 7 años en el Tibet, ni nada. Si te duermes con facilidad, meditar te va a ayudar diferenciar la relajación de la siesta. :)

Ahora mismo estoy aplicando la 1 y la 3, a ver si durante esta semana empiezo a aplicar la 2 y consigo mantenerme despierto durante la media hora del ejercicio... pero si no, tampoco me voy a enfadar.